El Chile que Queremos: diálogos en zonas extremas han mostrado urgencias, pero demandas transversales respecto a salud y pensiones

Con el objetivo de priorizar la Agenda Social, el Gobierno lanzó en diciembre El Chile Que Queremos, instancia que promueve espacios de conversación social para que todos tengan la oportunidad de ser oídos y considerados en la construcción del país en el que queremos vivir.

Tras dos meses de Diálogos Ciudadanos en todo el país, la participación de la ciudadanía ha sido mucho más de la esperada. Al respecto, el ministro de Desarrollo Social y Familia, Sebastián Sichel, valoró que “más 115 mil personas han participado en los diálogos ciudadanos, cifra que nos tiene muy contentos, porque quiere decir que son muchas las personas que se han sentado a conversar y a escuchar sobre cómo queremos que sea nuestro país en el futuro”.

El Chile Que Queremos ha logrado reunir a ciudadanos a través de sus diálogos en 16 regiones del país, llegando a 343 comunas, lo que abarca el 99% del territorio nacional. 14 regiones han llevado a cabo el proceso en el 100% de sus comunas.

Lo relevante es que este proceso de escucha social ha llegado a zonas extremas como Visviri al Norte y Cabo de Horno al Sur, lo que permitirá elaborar una hoja de ruta de la Agenda Social con demandas transversales de todo el país.

En ese sentido, el ministro Sichel, señaló que “uno de los valores de El Chile que Queremos es que hemos podido escuchar a las personas de Norte a Sur, lo que nos permite salir del centralismo de las demandas. Si bien en localidades como la de Visviri las urgencias son distintas a las de Cabo de Hornos, hay demandas transversales que son parte de la agenda social del Gobierno y en las cuales estamos trabajando, como es el caso de las pensiones y la salud”.

Dentro de los grupos se destaca la participación de más de 9.500 adultos mayores, más de 12.000 niñas, niños y adolescentes, más de 20.000 vecinos. También han dialogado personas privadas de libertad, personas con discapacidad y personas pertenecientes a pueblos indígenas.

Según información entregada por los facilitadores, personas encargadas de conducir el diálogo, se ha podido observar en estos procesos de escucha sentimientos de tristeza, rabia, pero también de esperanza, mientras que sus principales necesidades tienen relación con salud, pensiones, educación, seguridad y trabajo.

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