Sistemas de Financiamiento solidario
Entregar mayores oportunidades a los jóvenes que quieren cursar estudios superiores es lo que ha hecho el presidente Sebastián Piñera, al firmar un proyecto de ley que crea el Sistema de Financiamiento Solidario (SIFS), iniciativa que reemplaza al Fondo Solidario de Crédito Universitario y el Crédito con Aval del Estado y que prescinde de la banca en el sistema de financiamiento universitario.
Actualmente, el mecanismo de financiamiento estudiantil basado en la gratuidad y becas tiene una cobertura acotada y sabemos que hay alumnos que requieren un complemento para cubrir sus estudios sin que esto signifique un sobreendeudamiento. El nuevo Sistema de Financiamiento Solidario contempla una tasa de interés del 2% real anual, un esquema de pago de hasta 15 años y una tasa máxima de cobro del 10% del sueldo líquido, es sin duda un gran paso para avanzar en mayores grados de justicia y equidad, beneficiando a aquellos estudiantes que no puedan acceder a gratuidad.
Es importante destacar que este financiamiento solidario trata a todos los alumnos por igual, buscando dejar atrás la actual segregación por institución académica, la cual consiste en dos sistemas diferenciados de créditos subsidiados por el Estado para financiar estudios superiores: el Crédito con Garantía Estatal (CAE) y el Fondo Solidario de Crédito Universitario (FSCU). Este último es exclusivo para quienes asisten a universidades del CRUCH y tiene condiciones más favorables al compararlo con el CAE. Así, estudiantes con las mismas necesidades económicas accedían a créditos distintos, dependiendo del tipo de institución que escogían. El nuevo proyecto termina con esta discriminación.
El SIFS podrá ser otorgado a los estudiantes de un grupo familiar que pertenezca a los nueve primeros deciles socioeconómicos; haber ingresado a la institución de educación superior demostrando mérito académico suficiente y mantener durante su carrera un rendimiento satisfactorio. En tanto que las casas de estudio que quieran adscribir al crédito se les exigirá estar reconocidas oficialmente por el Estado; seleccionar a sus alumnos con criterios académicos objetivos y transparentes; contar con acreditación institucional y otorgar las garantías establecidas en el proyecto de ley, todo ello con el fin de busca velar por la calidad de la educación que recibirán nuestros jóvenes.
De igual forma este proyecto trae de forma inmediata una alternativa a los jóvenes que se encuentran endeudados por el CAE y del Fondo Solidario, quienes podrán, voluntariamente, solicitar el traspaso de su deuda al nuevo sistema, para así poder beneficiarse de las nuevas condiciones.
Sin duda este nuevo sistema de Financiamiento Solidario es un paso importante en la estructura del financiamiento del pregrado en nuestra educación superior, apuntando a que ningún joven se quede sin estudiar por razones de índole económica, pero que una vez egresado y trabajando como profesional le devuelva la mano a su país y a las siguientes generaciones que buscan estudiar con el mismo sistema. La solidaridad es una virtud que nos impela a cooperar con las demás personas que conforman nuestra sociedad, siendo todos responsables en parte del destino de los demás. Es una tarea y un deber de todos, no sólo del Estado.